miércoles, 22 de julio de 2009

Mi alma perdida (Elogio de la música)

Ya sé que la entrada de Encarnita Polo y Loco Mía fue mucho. Pero todos somos muchas cosas en muchos momentos, a veces contradictorias entre sí, y ahora toca algo más profundo o menos frívolo. Esta noche acabó la edición de OT 2009 (del programa podría hablar, pero eso será en otro momento. Ya pienso en una entrada sobre Risto) y simplemente me ha apetecido hablar de la música, que como podéis daros cuenta tiene mucha presencia en el blog y así seguirá siendo.

Resulta increíble cómo la música es capaz de conectar con nuestras partes más profundas, de hacernos recordar, de remover aspectos ocultos, de tocar teclas de nosotros mismos que ni siquiera sabemos que están o que apenas intuíamos. Podemos escuchar una canción nigeriana y sentir algo, aunque no tengamos ni idea del significado de las palabras que estamos escuchando. Tan sólo el comienzo de un acorde, una melodía, apenas unas notas consiguen llevarnos a esa persona, a un momento inolvidable o incluso a toda una etapa de nuestra vida.

Soy racional y no diría eso de que no podría vivir sin música. Para empezar si hubiera nacido en un mundo en el que no hubiera música no sabría lo que es, por tanto no podría echar de menos algo que no existe. Pero francamente en este mundo, si no quedara más remedio, aguantaría sin música para sobrevivir, pero realmente sería una vida que merecería muy poco la pena, mucho más pobre y que apenas se parecería en nada a mi concepto de vida.

Y en el mismo lugar que la música pondría el cine, la pintura o la literatura, la cultura en general. Sería una vida tan pobre… pero claro eso lo afirmas desde la vida que conoces. Una vida sin cultura sería algo completamente diferente, algo que no podría siquiera imaginar. Pero más allá de abstracciones, me quedo con la idea de que la música conecta con nuestras emociones más profundas. Y en cada momento puede apetecer algo diferente: desde un sonido de fondo para evadirte mientras bailas y no piensas en nada hasta una composición elaborada en la que dejas volar tu imaginación.

Me emociono con un fandango de Paco Toronjo, una canción desgarradora de Rocío Jurado, con Pavarotti cantando ‘Nessum dorma’ o Billie Holliday poniéndonos la piel de gallina con ‘Gloomy sunday’. Son sólo algunos ejemplos. La música es siempre necesaria. A veces le pedimos todo y otras no le pedimos gran cosa, sólo que esté ahí. Y como esta noche me apetece un toque melancólico os dejo con una de mis canciones favoritas de Amaral, que me trae recuerdos personales. Además acabo de descubrir en youtube esta versión acústica y me encanta la forma de cantarla de Eva. Intimista y delicada, características del formato acústico. Y una letra sencilla, pero que me hace reflexionar. Ojalá nunca cambie la forma que tenéis de estar en el mundo (bueno la de casi todos,je,je). Dadme una corona más. Buenas noches.

Luis

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