Belleza increíble, mirada violeta, pose, vestuario, cejas perfectas, labios carnosos. Una imagen tan fabulosa que en muchas casos impedía ver el bosque. Talento, entrega, disciplina, esfuerzo, calidad, versatilidad como intérprete. Un volcán en el amor, siete maridos, multitud de problemas físicos, operaciones, alcoholismo. Y una batalla en sus años crepusculares: la lucha contra el Sida. Cuentan que cuando en 1992 recibió el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia por su apoyo a esta causa comentó que "sólo quería cambiar el mundo".
Quizás todos podemos poner nuestra parte para cambiar el mundo. Este mundo del que se va, en el que vivió intensamente una vida en la que pasaron infinidad de cosas y vivió tantos sentimientos, con tanta pasión, que ha merecido la pena todo. Arte, belleza, cine, moda... todo eso es deslumbrante, pero por encima de todo (aunque la gran mayoría de los mortales no pudiéramos tener acceso a ello) es la persona que se esconde detrás del mito.
In memoriam Elizabeth Taylor, contigo se va toda una edad dorada de Hollywood. Siempre nos quedarán sus inmensos ojos que llenaban la pantalla.
Que descanse en paz, Luis. Se nos ha ido mucho más que un mito. Ella puso su grano de arena, porque fue referente para millones de mujeres que deseaban ser un poco más bellas pareciéndose a "La Taylor", y subiéndose así la autoestima. Yo creo que ese grano de arena, tan fino y delicado, es el que ella puso. No es poca cosa ser el espejo en el que se miran tantos ojos. Pero como bien dices, los suyos han sido siempre los que más brillaron de todos.
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