miércoles, 4 de mayo de 2011
Lost, de nuevo
Este año he revisionado las seis temporadas de mi serie de televisión favorita: LOST (Perdidos). El 24 de mayo del año pasado ya le dediqué dos entradas (Estamos perdidos y Seguimos estando perdidos) y vuelvo a escribir sobre ella. Tras comprarme el pack con las seis temporadas, el pasado 1 de enero inicié el revisionado, que culminó el pasado sábado día 30 de abril. Durante estos cuatro meses he visto las seis temporadas de nuevo, con otra mirada, fijándome en los detalles, intentando profundizar e ir más allá, disfrutando por segunda vez de tantas horas de televisión.
LOST es quizás la punta de lanza de un nuevo estilo narrativo en la televisión estadounidense. Muchos críticos coinciden en que las series están viviendo una época de esplendor y que su calidad es superior a la media de lo que ofrecen las salas de cine. Articuladas en capítulos de unos 40 minutos de televisión, con sus respectivos fundidos a negro para dejar paso a los anuncios publicitarios, son pequeñas obras de arte, en la que todos los aspectos están sumamente cuidados: desde los narrativos hasta los técnicos, además de rodadas en formato televisivo. El panorama audiovisual se ha enriquecido muchísimo.
Si bien los temas de los que hablamos suelen ser los mismos de siempre (amor, odio, lucha, enfrentamiento, viaje del héroe, superación personal), la forma de contarlo se va haciendo más sofisticadas y en Perdidos hay una clara mezcla de géneros (aventura, acción, romance, drama psicológico). La serie está muy bien escrita y es básicamente una serie de personajes. En esta segunda revisión de la serie he disfrutado con las partes de acción y las de entretenimiento, pero me sigo quedando con que nos cuenta las historias de una serie de personas cuyas vidas van a la deriva y, de repente, sufren un accidente aéreo y a partir de ahí empiezan una vida nueva. Tienen que partir de cero, organizarse, hacerse fuertes, empatizar, establecer lazos con la gente que les rodea y, en definitiva, buscarse a sí mismas.
Es cierto que LOST no es perfecta, que deja muchos cabos sueltos, porque la serie fue adquiriendo un tono de ciencia-ficción, planteando numerosas preguntas al espectador y al final los guionistas optaron por un cierre de una gran carga simbólica y espiritual. La serie regala imágenes hermosas, de gran belleza, cuenta con personajes carismáticos e inolvidables y también nos deja lecciones de vida: merece la pena seguir adelante, hay que pelear, por mucho que sufras ese conocimiento te servirá de aprendizaje para el futuro, las cosas pasan por una razón, aunque no la sepamos...
Perdidos trata al espectador como a un ser inteligente, es una serie para el siglo XXI, con un reparto coral, personas de muy diversos países, razas y lenguas. Todos unidos en una pequeña Babel, en una isla que queda a medio camino entre el cielo y el infierno, en el purgatorio... en el lugar que saca lo mejor de nosotros mismos y donde se producen milagros. LOST es un placer para los sentidos, un estímulo intelectual, una fiesta audiovisual y una serie que marca un antes y un después. La vida continúa y hay vida después de Perdidos. Ahora tengo que pensar cuál será la próxima serie a la que me engancharé... ¿Mad men tal vez? Os mantendré informados, amigos lectores.
Me despido citando al mítico John Locke y su mantra, repetido a lo largo de las seis temporadas: "no me digas lo que no puedo hacer".
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Como seres inteligentes si señor, Lost es espiritualidad más que razón, Lost es la aventura de la vida, la búsqueda sin sentido entre las mareas de sucesos que nos invaden cada día. Lost son sus personas, que no personajes, son sus conflictos, reflejos de los nuestros, en una época de realidad troceada que no se mezclan demasiado bien.
ResponderEliminarTras las ideas, seguimos las personas, Lost son las personas, la necesidad del hombro amigo para seguir adelante, la reafirmación como individuo en el vasto horizonte que se nos impone, pero siempre caminando al lado de la mano amiga, eso siempre, ya quedó para la Historia, eso de "vivir juntos, morir solos", sólo te diré "See you in another life, brother", sólo te diré que, si algo sale mal, de seguro encontrarás tus constantes que te ayuden a pararte y continuar con tu camino. Faraday lo sabía, Desmond David Hume también.
Entre tanta maraña de idea, superficialidad, imagen y apariencia, siempre quedará un lugar para aquellos hombres de ciencia, y sobre todo para aquellos hombres de fe.
Loli.
Sólo puedo decir una cosa: gracias amiga por tu comentario y por estar ahí siempre. Si algo va mal, tú serás una de mis constantes :)
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