Eurovisión hay que verlo con las gafas del petardeo y la frivolidad. No es para tomárselo muy en serio. Si hace décadas era un festival al que cada país mandaba a sus mejores intérpretes de canción ligera, en los últimos años se ha convertido en un puro espectáculo, donde apenas hay cabida para la calidad artística (con alguna honrosa excepción). Aunque desde el punto de vista petardo funciona perfectamente, hay que divertirse entre amigos y comentar los estilismos imposibles, los estribillos petardos y las puestas en escena impactantes. Con Eurovisión hay que dejar de lado los criterios artísticos, musicales y ni siquiera irritarse por el mal resultado de España año tras año (algunos cuestionan que se gaste dinero en eso, por lo que proponen que el país deje de presentarse, directamente) y disfrutarlo como lo que es: un espectáculo perfectamente reivindicable desde el kitsch y el exceso!
En los últimos años se han hecho versiones diferentes y excesivas de algunos temas eurovisivos. Por ejemplo la siempre excesiva Terremoto de Alcorcón versionó el tema con el que France Gall ganó el festival en 1965, representando a Luxemburgo, 'Poupée de cire, poupée de son". Como suele hacer la Terremoto, cambia la letra de la canción con su estilo humorístico para convertirla en una muñeca de Alcorcón.
El indie-pop, con su habitual eclecticismo y búsqueda constante de referencias, también ha sentido cierto interés por Eurovisión. Aquí una versión 'electrónica' del grupo pop barcelonés Hidrogenesse versionando la rumba con la que Remedios Amaya representó a España en el festival en 1983. Míticos resultan ya sus pies descalzos y su 'cero points'.
En 1961 España acudió por primera vez al festival, creado en 1956. con Conchita Bautista interpretando esta canción popular y bailable 'Estando contigo'. Cincuenta años tiene y sigue sonando en verbenas populares. En esta ocasión la interpreta una de las grandes voces del pop en español (a mí me encanta, pero reconozco que tiene un punto petardo): Marta Sánchez
Diez años después acudió Karina, ganadora del concurso 'Pasaporte a Dublín'. Una eurofan declarada como Alaska, que igual participa en el Festival de Benicassim que sale en programas de corazón, permitiéndose estar en todas las salsas y manteniendo gran apoyo popular, hizo otra versión 'electrónica', en una gala especial de Televisión Española, dedicándosela a la propia Karina.
Finalmente termino esta entrada dedicada a versiones diferentes de canciones de Eurovisión con un popurrí interpretado por los concursantes de la primera edición de Operación Triunfo. No faltan el mítico La, la, la de Massiel, mi canción favorita de Eurovisión, Waterloo, de ABBA, 'Bailar pegados', de Sergio Dalma, o el 'Canta y sé feliz', de Peret. Y Rosa López, que representó a España con 'Europe´s living a celebration', canta mi canción favorita del festival en castellano: 'Eres tú'.
Nostálgico, mítico, petardo, friki y frívolo, el festival ya está lleno de artistas clásicos y sirve de plataforma a países europeos de reciente creación. Con una curiosa mezcla de política y música, es un puro espectáculo y los datos de audiencia siguen siendo espectaculares. Reivindico Eurovisión desde el petardeo y lo frívolo, que también le dan su encanto a esta espesa y seria vida. ¡Viva Eurovisión!
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