El 30 de septiembre de 2011 cumplí un sueño. Un sueño lírico. Me apasiona la ópera y tuve la suerte de estar en uno de los templos del arte lírico: el Metropolitan Ópera House, en el complejo neoyorkino de Lincoln Center. Además vi la ópera 'Anna Bolena', del compositor italiano Gaetano Donizetti. Apenas recordado por 'L´elisir d´amore' y alguna ópera más hasta la mitad del siglo XX, a partir de los años 50 se vivió una revalorización de su obra. Esta ópera en concreto forma parte de una trilogía dedicada a los Tudor, también integrada por María Stuarda y Roberto Deveroux.
El papel principal es todo un reto para cualquier soprano, ya que requiere amplias dotes vocales, facultades escénicas, energía y dramatismo. Anna Netrebko da la talla. La soprano rusa, que apenas se prodiga en España (creo que cantó en el Teatro Real en 2002, cuando aún no había saltado al estrellato), es una habitual del Met, donde este año cantará dos óperas. Tenía muchas ganas de verla y no me defraudó. Tiene energía, una voz amplia, sensual y fresca, además de grandes dotes interpretativas y una evidente belleza física. Un placer para los sentidos.
Anna Netrebko y el Metropolitan viven su particular historia de amor. Este año ha editado un cd para celebrar sus diez años de representaciones en directo en este gran teatro. Ojalá tengamos la suerte, los que amamos la ópera, de que cante en España... el Liceo y el Real también podrían disfrutar con sus dotes. De momento comparto en esta entrada el aria 'Coppia iniqua', final de esta dramática y potente ópera de Donizetti. Por cierto el personaje de Anna Bolena tiene una entrada aparte... quizás para más adelante...
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