Los medios de comunicación, las redes sociales, el cuestionamiento de los valores imperantes, la 'crisis', palabra que ha venido para quedarse, el desencanto, las tribus urbanas, la política, el cine, la moda, la economía, el arte... todo eso es enorme, constante, absoluto y casi globalizador. Pero tampoco vale. El ser humano nunca se sacia. Nunca le vale todo. Siempre quiere ir un paso más allá. La idea más radical sería: 'me suicido porque nada tiene sentido'. Pero es más valiente seguir adelante, plantarle cara al mundo, ser un quijote, seguir caminando, aún siendo consciente de que las cosas que nos contaban cuando éramos niños, en gran medida, son sueños imposibles, esos cuentos adorables, esos relatos morales en los que los buenos siempre triunfaban... no siempre son reales. Luego aparece la realidad con toda su crudeza...
Pero en esta madrugada del 19 de octubre, en un mundo tan cambiante, tan complejo y caótico en el que tantas veces me siento perdido (por mucho que intentemos aferrarnos a los 'mapas mentales' para darles sentido) reivindico, mediante la música, la utopía. La bendita locura. El sinsentido. Las ganas de seguir adelante. Luchar por un noble ideal, sufrir el dolor insufrible... de todo eso y mucho más es capaz el ser humano. Quizás no uno en concreto, pero sí muchos... la vida continuará siempre. Los que no continuaremos seremos nosotros. Pero, para eso, aún falta un poco...
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