lunes, 12 de julio de 2010

Ya nos tocaba


Escucho el 'We are the champions' de Queen. Un clásico, pero no se me ocurre ninguna otra canción mejor para ponerle música a un triunfo deportivo. Me gusta por su fuerza, es un himno, pero en su letra tampoco es nada complaciente. "Esto no es un camino de rosas", que nadie piense que ganar es fácil. Y así es. España ha ido de menos a más en el Mundial, ha roto tradiciones: por ejemplo que el equipo que hubiera perdido el primer partido nunca ganase un Mundial. Ha sido el primero en Sudáfrica, con una final inédita y un campeón que alzaba por primera vez el título.

Una noche para recordar. Como siempre suele pasar, recordaremos este momento, con los amigos con los que vivimos, las pizzas que nos comimos, los botes que pegamos tras el gol de Iniesta. España ha sido justa campeona, ha jugado mejor, ha sabido desplegar su fútbol, que ya nos deslumbró en la Eurocopa, y tiene una generación inolvidable. Así como un estilo. Además el fútbol ha hecho feliz a la gente. Miles de personas salieron a las calles para celebrar la victoria, contentas, entregadas, eufóricas. Quizás el fútbol no sea el paraíso en este valle de lágrimas, pero por 90 minutos (en este caso 120) hace a la gente olvidarse de sus problemas, hace que seamos felices, hace que nos sintamos unidos. Podríamos cuestionar los excesivos sueldos de los futbolistas, las injusticias, hablar de la crisis, pero al menos por una noche vamos a olvidarnos de todo eso, vamos a disfrutarlo, a celebrarlo y a ser felices. Que de eso va esto de vivir, ¿no?

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