jueves, 12 de agosto de 2010

Elogio de la bola de paja


La bola de paja se merece una entrada en un blog. O en todos. O en unos cuantos. Bueno, vamos a dejarlo en que merece una entrada de blog, merece que le dediquemos unas palabras, que la exaltemos, que reflexionemos sobre ella. La bola de paja es el personaje secundario en la historia del cine, ya que aparece en todas las películas del Oeste, desde los grandes clásicos del género hasta en el western crepuscular. La bola de paja es ambientación, es escena, la bola de paja es un lapsus temporal, una elipsis, un símbolo.
Pasa la bola de paja. Y con ella está pasando la vida, está pasando el tiempo en su enorme circular, en su rodar sin que pase nada. La bola de paja está hecha de sueños, de tiros, de muertos, de amores de barra, de machismo y de escupitajos. La bola de paja es el paisaje mítico del Oeste, un mundo soñado que ya apenas existe. Como casi todo en el cine, es producto de una época que se fue para siempre y no volverá. El western vivió su época dorada y salvo contadas excepciones, es un género que apenas tiene presencia en los últimos años.
La bola de paja ha forjado nuestros sueños, nos ha acompañado durante miles de horas. La bola de paja es el cine del Oeste. Un Oscar honorífico para la bola de paja. He dicho. Bueno, ¿no quedó tan mal esta entrada, no? Es verano, ya sabéis, la etiqueto en 'Cine', porque etiquetarla en 'Reflexiones' ya sería mucho. Ay estas noches de agosto y el calor. ¡Viva la bola de paja!

1 comentario:

  1. Igual que estas, hubo un tiempo, había un montón rodando por los pasillos de casa...

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