lunes, 24 de mayo de 2010

Seguimos estando perdidos


Y llegó el capítulo final de Lost. Lo vi solo, en el salón de mi casa, desde las 6.30 hasta casi las 8 horas. Y sí, puede que hubiera problemas con los subtítulos, que quedaran enigmas e interrogantes en el aire y que el final no haya satisfecho a todos, pero hubo también momentos de emoción. No os contaré nada, pero simplemente tengo que decir que me quedo con Perdidos en su conjunto y que su final es más simbólico que realista, pero no desmerece la calidad narrativa de esta obra de arte televisiva.
A nadie se le ocurriría juzgar a su grupo de música favorito por su último disco o cuestionar la trayectoria deportiva de Zidane por el cabezazo con el que se despidió en la final del Mundial de 2006. No hagamos lo mismo con Lost. No pidamos a su final que sea más brillante, que se más intelectual, que sea más emotivo, que sea más creíble, que sea menos previsible. El final es lo de menos. Lo importante es las horas de televisión y entretenimiento que nos ha dado, que nos ha hecho pensar, que nos ha hecho emocionarnos, en definitiva, sentir que cada vez que aparecía en la televisión o en la pantalla de nuestro ordenador la palabra 'Perdidos' algo estaba a punto de suceder.
Todo está inventado, sólo se trata de envolverlo en ropajes diferentes, de revestirlo de modernidad. Al final la trama de Perdidos, más allá de todas sus rarezas, se enmarca en los grandes relatos, épicos y míticos, que al fin y al cabo hablan de los grandes temas. Desde la Biblia y la Odisea hasta Lost no ha habido tantos cambios, el ser humano sigue sintiendo, enamorándose, mirando su vida, temiendo por el mañana, sufriendo por la pérdida de aquellos a quien ama y manteniendo la esperanza. La redención, las segundas oportunidades que nos da la vida, incluso la posibilidad de ser otro. De empezar de cero. Tabula rasa. Ésa es una de las ideas con las que me quedo de Lost. Más allá de los frikismos y de los personajes, de las teorías y de las rarezas. Con eso me quedo, con esa palabra que siempre sienta bien en los labios y en la cabeza: esperanza.
Ojo de Jack y fundido a negro... Seguimos estando perdidos.

Estamos perdidos



Apenas quedan dos horas para que se emita en España el capítulo de Perdidos. Esa mítica serie que ha revolucionado la televisión. La emisión de este doble episodio de 100 minutos de duración tiene alcance planetario y es la primera vez que se emite un programa de televisión simultáneamente para un montón de países. De esa forma consiguen tener enganchados a todos los fans y evitar las filtraciones de Internet.


Como siempre en mi blog reflexiono desde mi punto de vista, no pretendo lanzar nuevas teorías ni descubrir nada, simplemente unir palabras y comentar aquello que me inspira el tema tratado. Últimamente no ando muy inspirado, ya os dáis cuenta que el ritmo de publicación ha ido bajando, pero aquí seguimos compartiendo palabras. Eso siempre: hay que seguir escribiendo, escribiendo, escribiendo...


¿Y por qué me gusta Lost? Me gusta, sobre todo, porque logra emocionarme. Así de sencillo. Y porque me trata como a un espectador inteligente. Y porque me exige que piense, que le de vueltas a la cabeza. Porque crea tantas expectativas que te da alas. Los más frikis han construido todo tipo de historias, alternativas, hipótesis... como siempre los seguidores van más allá que los propios guionistas. Además Lost es la serie que abre el siglo XXI en el formato audiovisual y lo tiene todo: una trama que engancha, aventura, amor, saltos en el tiempo, un ritmo trepidante, pero sobre todo unos personajes que son inolvidables. Un reparto internacional y multicultural, también propio de esta época. Además cambia la propia forma de verlo, ya que gran parte del éxito se debe a Internet.


Y con ellos me quedo en este adiós. Que no gustará a todos. Pero así es. También se le han sacado fallos. Por supuesto y los tiene. Pero es una serie fascinante, que como la vida misma, nos plantea muchas preguntas y nos da pocas respuestas. Por todos esos motivos me encanta Lost y estoy deseando que empiece ese último capítulo para, junto a millones de personas de todo el mundo, poner el punto y final a seis años de intrigas, de misterios y de enigmas.


Me despido con una frase de Desmond Hume, que puede aplicarse a la serie pero, sobre todo, a la vida en general: ¿De qué sirve tener miedo?

jueves, 13 de mayo de 2010

Poemas V, Él era débil y yo fuerte




Él era débil y yo era fuerte,

después él dejó que yo le hiciera pasar

y entonces yo era débil y él era fuerte,

y dejé que él me guiara a casa.


No era lejos, la puerta estaba cerca,

tampoco estaba oscuro, él avanzaba a mi lado,

no había ruido, él no dijo nada,

y eso era lo que yo más deseaba saber.


El día irrumpió, tuvimos que separarnos,

ahora ninguno de los dos era más fuerte,

él luchó, yo también luché,

¡pero no lo hicimos a pesar de todo!


(Emily Dickinson)

domingo, 9 de mayo de 2010

De tres en tres, IV

Casandra fue sacerdotisa de Apolo. A cambio de atender los deseos del dios, le concedió el don de la profecía. Pero, a la hora de la verdad, le rechazó, así que Apolo se vengó escupiéndola. La condenó a que sus profecías fuesen verdaderas, aunque nadie la creyese. Casandra vaticinó la caída de Troya pero nadie hizo caso a sus profecías.


José II de Habsburgo, archiduque austriaco del siglo XVIII, es recordado por su gran cultura y habilidad para gobernar el Sacro Imperio Romano Germánico. Entre sus innovaciones una de las más excéntricas fue un ataúd económico. Tenía una puerta móvil en el fondo, que permitía dejar caer el cadáver al foso y, de esa forma, se podía utilizar de nuevo. Pronto tuvo que retirar esta innovación, ya que fue una medida muy impopular entre sus súbditos.


Vincent van Gogh está considerado uno de los mayores genios de la historia del arte y su figura es todo un mito. Aunque es uno de los ejemplos de artistas malditos, que en vida apenas tuvieron éxito comercial y tras su muerte sus obras figuran entre las más cotizadas en las subastas de todo el mundo. Se cuenta que en su época una señora usó un cuadro del pintor holandés para tapar un hoyo de su gallinero.

domingo, 2 de mayo de 2010

Retahílas


No se escribe igual de día que de noche
No se escribe igual para alguien que para todos que para ninguno
No se escribe igual en pijama que en traje de fiesta
No se escribe igual sin ti o contigo
No se escribe igual en mayo que en noviembre
No se escribe igual cuando se tiene algo que decir que cuando ya se ha dicho todo
No se escribe igual enamorado que cuando te acaban de romper el corazón
No se escribe igual en una servilleta que en tu blog
No se escribe igual hoy que mañana
No se escribe igual aquí y ahora que en cualquier lugar y en cualquier momento
No se escribe igual sin miedo que sin ganas
No se escribe igual sin versos que con trabas
No se escribe igual sin luz que con mañana
No se escribe igual
No se escribe
No sé
En todo caso...
Escribe