viernes, 7 de octubre de 2011

Steve Jobs

Acabo de llegar a España tras pasar diez días de vacaciones en Nueva York. Y una de las noticias del momento ha sido la muerte de Steve Jobs. Anoche vi el tratamiento en la edición digital del País, como la noticia principal, con numerosas informaciones, necrológicas, reacciones y comentarios sobre su vida, su obra y sus aportaciones. Creo que ha tenido un gran impacto y repercusión mediática y lógicamente ha sido trendic topic mundial. Desde todos esos observatorios para ver por dónde va el mundo (o al menos una parte del mundo o la parte más mediatizada o el 'establishment', no sabría bien cómo llamarlo) la muerte de Jobs ha tenido la relevancia informativa de la de un primer ministro, una estrella del rock o un mítico escritor que hubiera ganado el premio Nobel.

No es nada nuevo ni original decir que vivimos en la era de la comunicación, de las nuevas tecnologías. En este mundo me pierdo, todo va tan rápido que es muy difícil estar al día. Además, no todo el mundo tiene los medios económicos suficientes para tener algún producto de Appel. De hecho sería un tema interesante reflexionar sobre la barrera entre los informatizados y los no informatizados, entre los que tienen acceso a Internet y los que no, entre los usuarios de la blogosfera y las redes sociales y aquellos que no las usan. Pero eso excedería el contenido de este artículo, que solo pretende reparar en la relevancia que ha tenido informativamente la muerte de Jobs. Uno de los aspectos que llama la atención es su temprana edad, en torno a la cincuentena, y debido a un cáncer.

Su historia es otro ejemplo más del sueño americano y hay aspectos interesantes. Uno de ellos es que al que se acaba de marchar siendo considerado por millones de personas como "un enorme talento creativo" o "un genio de la humanidad" le faltaba la formación académica. A veces la Universidad (que no critico, ni mucho menos, de hecho estoy orgulloso de mi formación universitaria) puede aportar mucho, pero también limitarte. Muchos genios, visionarios o simplemente mentes inquietas van más allá del 'molde', del 'canon', de la manera de pensar que puede imponerles el pensamiento reglado, por muy amplio que sea de miras. Esa idea me parece interesante y valiosa de su vida: la búsqueda de la perfección, el deseo constante de innovar, la capacidad de asimilación de constantes estímulos. Dicen que no inventó nada nuevo, pero tuvo la capacidad de crear objetos sencillos, con gran calidad de sueño, que atrajeron a una gran cantidad de personas. Por supuesto el marketing y la publicidad también ayudan...

En esta época tan dada a construir y generar nuevos mitos constantes se ha despedido con todos los honores y parabienes a Steve Jobs. Su presencia en los medios, comparable a decesos de figuras históricas, ex presidentes o artistas de primer nivel, viene a decirnos que las nuevas tecnologías, la informática y las herramientas de la comunicación ya ocupan un lugar prácticamente central en nuestras vidas. Aunque aún haya muchas personas que... vaya... no tienen para comprarse un iphone.

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