El mundo ha celebrado en estos días el centenario del hundimiento del Titanic. La historia de este espectacular transatlático se ha convertido en uno de los mitos del siglo XX, por todos sus componentes románticos, por ser una historia con elementos dramáticos, además de una metáfora de la toma de conciencia del hombre acerca del poder de la naturaleza y de la imposibilidad humana, por mucho que avance la técnica y por mucho que se crea en el proyecto, de poder controlar los elementos.
Desde películas hasta musicales, la historia del viaje y el hundimiento del RMS Titanic no ha dejado de fascinar e inspirar durante un siglo. Pero de todas las historias y detalles que conforman esta gran tragedia una de las más fascinantes me parece la de la orquesta. Se cuenta que los ocho músicos, dirigidos por Wallace Hartley, estuvieron tocando en el salón y en la cubierta de popa hasta cuando ya era seguro de que el barco se hundiría. Pese a todo, siguieron tocando, para intentar poner música e intentar dotar de normalidad unas horas excepcionales, unos minutos en los que la supervivencia era la única prioridad.
Recientemente Serrat y Sabina han sacado un disco que lleva su título, 'La orquesta del Titanic'. En entrevistas han comentado que así ven el panorama actual, con esta tremenda crisis económica que nos azota, con tanto abuso político, con tanto exceso económico, con tanta basura moral y social... ahora que quedan tan pocos asideros, ahora que tanto valores están cuestionados y que parece que el barco, literalmente, se está hundiendo y cada día lo vemos a nuestro alrededor y tomamos más conciencia que eso... no está mal rendir un homenaje y tener un recuerdo para esa orquesta del Titanic que hasta el último minuto siguió tocando.
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