jueves, 12 de mayo de 2011

Nostalgia charra


Esta noche vi en televisión un fragmento de un programa de reportajes callejeros, en los que salían un grupo de estudiantes que vivían en Salamanca. Y esos minutos televisados no los vi como otras muchas noticias a lo largo del día, si no que me hicieron evocar numerosos recuerdos y sentimientos. Me vino nostalgia charra. Entre 1998 y 2002 tuve la suerte de poder estudiar en esa ciudad y pasar allí un verano haciendo prácticas. Me han venido numerosos recuerdos de grandes momentos vividos, de paseos, de noches de fiesta, de clases, de risas y compañía con amigos. Amigos que nacieron cuando apenas tenía 18 años y que ahora, ya cumplidos los 30, me siguen acompañando. Y siempre evocamos con nostalgia y cariño aquella época.

La mía fue en Salamanca, pero la de otros en muchas ciudades. La etapa universitaria es única y decisiva en nuestras vidas y se recuerda con enorme cariño y nostalgia cuando van pasando los años. Con mayor nostalgia cuantos más pasan. Cuando la vivimos apenas somos conscientes de que son algunos de los mejores años de nuestras vidas, que tenemos que vivirlos con máxima intensidad, usarlos como lección de vida y tomar glóbulos rojos para todo lo que vendrá después, que será dura. Porque esos años se fueron para siempre y de ellos solo queda el recuerdo y la evocación de tantos y tantos momentos felices vividos, en mi caso en Salamanca.

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