domingo, 18 de diciembre de 2011

Adiós miss perfumado


Cesaria Évora nos ha dejado. Aunque sea  un tópico mil veces repetido, cuando un artista abandona este mundo, a todos los que nos quedamos nos deja un legado enorme. Más allá de los recuerdos y la relación personal con aquellos a quien pudo conocer (un aspecto que compartimos todos), el artista trasciende, ya que deja su obra, sus vídeos, su música, en definitiva su legado, que sigue siendo un lugar de encuentro, de búsqueda y de inspiración para artistas contemporáneos y muchos que vengan posteriormente.

Descubrí hace unos años a Cesaria Évora y me cautivó desde el principio su hermosa voz grave, su sensibilidad, su capacidad expresiva en unas canciones profundas, íntimas, alegres, tradicional de su país, Cabo Verde, pero con una profundidad que le hacía llegar a muchas partes del mundo. El arte que es hermoso, bello, emotivo, que tiene cosas que aportar y que decir vence las diferencias idiomáticas y culturales para llegar a las personas que tienen sensibilidad. He escuchado sus canciones y como anécdota personal diré que cuando este año celebré mi 31 cumpleaños, en un momento tan mágico y especial como una cena en Il Buco en Nueva York, esa noche la banda sonora que nos acompañó a mi amigo y a mí fue una selección de música de varios países, no anglosajones. Una de las voces que sonó aquella noche fue la de Cesaria Évora.

70 años no es una edad demasiado tardía para irse de aquí. Pero también son siete décadas de experiencia, de camino, de vitalidad, de aprendizaje. Cesaria Évora es un gran ejemplo de que la música es internacional y universal, era conocida como la diva de los pies descalzos, por esa costumbre al salir al escenario, y en los últimos años de su vida recibió reconocimientos y múltiples premios del 'establishment', entre ellos el Premio Grammy. Hay en ella ese halo de autenticidad que escapa a las multinacionales y a las tiranías de las discográficas, las discográficas o las tendencias efímeras. Estoy convencido de que cuando muchos de los cantantes que ahora copan las listas de éxito hayan pasado, seguirá sonando una voz que, en lengua portuguesa, con un tono entre el susurro maternal, el eterno lamento femenino y esa 'saudade' que la hace única, nos seguirá contando historias la gran Cesaria Évora. Adiós, miss perfumado


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