lunes, 25 de enero de 2010

Nine y el eterno femenino

Algunos hombres se ganan la vida vendiendo seguros, otros cociendo barras de pan, algunos se dedican a la política, al mundo militar o a la religión. También hay otros que hacen... películas. Sus cabezas deben trabajar febrilmente, ideando, imaginando, inventando, dándole vueltas una y otra vez a sus personajes, a sus tramas, a sus ideas estéticas. Hay directores que se dejan llevar por su imaginación y al final su cine se va volviendo cada vez menos narrativo y más espectacular, cada vez menos narración para ser pura imagen. Pura visualidad. Federico Fellini es uno de los autores más valorados del cine mundial. Y su película 'Otto e mezzo' está de actualidad por el reciente estreno de 'Nine', el musical de Rob Marshall, que ayer vi en el cine.




Pero no quiero contaros qué me pareció la película, si no reflexionar sobre la fascinación que siente un director de cine, o por extensión cualquier artista, por las mujeres. Ya sean mujeres reales, de carne y hueso, para las que escribes un papel de cine, o ya sean arquetipos mentales, iconos, ideas: la mujer-madre, la mujer-amante, la mujer-esposa, la mujer-amiga. Todas ellas adquieren cuerpo (no sé si también alma en este caso) en la película, pero a su vez son pura idea, pura fuente de energía, puro motor para seguir viviendo en la cabeza de Guido Contini, bloqueado en el proceso creativo de su novena película.



La mujer es el mito. Es creación y creadora. Es la que da vida y a la que siempre se vuelve para sentirse vivo. Ella puede ser inalcanzable y divina como Claudia Jenssen (el personaje que interpreta Nicole Kidman), la musa. Puede ser real y corpórea, sexual y alocada, como Carla Albanese (Penélope Cruz), la amante. Puede ser sufriente y resignada, dolorosa e infeliz, como Luisa Contini (Marion Cotillard), la esposa. Puede ser la mamma eterna, protectora, la que nos arropa tengamos la edad que tengamos, porque siempre estamos perdidos. Y la mamma es Sophia Loren, el mito italiano por excelencia.






Sueños, noches, canciones, música. Las mejores películas no se han rodado. Ni se rodarán nunca. Sólo están en las cabezas de sus directores. Pero en todo caso nos tendremos que conformar con esa pantalla en la que todo es posible, en la que el niño que fuimos se reencuentra con el adulto que somos, en la que todas las mujeres elegantes sueñan con ir a Positano, en la que entramos en el Folies Bergère y nuestros problemas se quedan aparcados en la puerta, y en la que todos los besos son de verdad porque ninguno se finge. El resto es humo, es sueño y es vida, que no cine.

4 comentarios:

  1. Precioso todo lo que dices, Luis. Y es cierto, que a veces le damos tanta importancia a la historia o la trama de nuestra vida que no apreciamos las cosas que salen de lo previsto en ella o no nos parecían importantes. Cosas que nos hacen sentir, sufrir o disfrutar y no estaban en nuestro guion. En ocasiones, en una fiesta una pieza es más significativa que toda una noche entera de bailes ;)

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  2. Por cierto, a mí el personaje que más me gusto fue el de Judi Dench...ella es la que no le falla nunca. Su esposa lo deja, su madre permite que el sacerdote le pegara,Carla le intenta chantajear emocionalmente con las pastillas, la periodista lo quiere por interés, Saraghina...no comment jajaja...y bueno, Claudia se vio como una más para él y no lucho en su momento...mientras que su amiga la diseñadora ha estado con él durante toda la peli apoyándole... ¿Cómo lo ves tú? es la mejor, encima, abusa de ella gorroneándole cigarros jajajaja

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  3. Bueno Luis, sé lo mucho que esperabas esta película, y espero que la disfrutaras a cualquiera de esos niveles tan dispares que te configuran.

    Me gusta mucho que hagas referencia a algunos tipos de roles que las mujeres podemos desempeñar, de forma por supuesto arquetípica, y es que en el arte, a lo largo de la historia se nos ha infravalorado o sobrevalorado demasiado, bueno y no sólo en éste, pero ya entraría en otro tipo de cuestiones...

    No obstante, me encanta ver tu lado más idólatra haciendo referencia a la mujer como creadora de vida, cosa que,ya quiso para sí, Victor Frankenstein,y mira lo que le salíó.

    Nos leemos Luis!!!

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  4. Gracias por vuestro comentarios. Jenny: el personaje de la diseñadora es el que no le falla, porque representa a la mujer como amiga. Y fíjate que precisamente con ella es la única con la que no tiene relaciones sexuales y sin embargo la relación funciona... es curioso. La mujer como amiga en este caso. Loli: sí que disfruté la película estéticamente y me gusta la idea de la mujer como creadora de vida. Interesante tu alusión a Frankenstein, no se me habría ocurrido para nada hablando de las divas de Nine,je,je. La mujer es siempre fuente de inspiración y aquí en mi blog, si seleccionas la etiqueta divas, te das cuenta que para mí también lo son,je,je. Vivan las divas. Seguiremos escribiendo y gracias por leerme!

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