lunes, 20 de septiembre de 2010

La vida por delante

Tenemos toda la vida por delante...

El viernes 17 de septiembre fui al Teatro La Latina de Madrid, que inicia una nueva etapa artística, con mi madre y mi madrina a ver la representación de 'La vida por delante', dirigida por José María Pou. Romain Gary ganó en 1975 el Premio Goncourt por esta obra, que se estrenó con gran éxito en Barcelona y que desde el pasado día 10 se escenifica en Madrid.

Concha Velasco es el reclamo principal de esta obra, en la que está soberbia. Pero es todo un descubrimiento la interpretación del joven Rubén de Eguia como Momo. Una historia sumamente dura, pero tratada con amabilidad, con humanidad, aunque deja ver en determinados momentos un intenso dolor. Madame Rosa es una ex prostituta judía, superviviente de Auschwitz, que en París acoge a los niños abandonados por prostitutas. Momo es un joven musulmán que vive con ella. Ellos son los personajes principales, con dos secundarios, que aportan un toque más cómico a la obra.

La vida por delante es fresca, conmovedora, tierna, no es demasiado pretenciosa ni tampoco espesa, aunque no es nada simple. Nos muestra la cotidianidad de dos seres que no viven en el lumpen, pero el autor sí enfoca una parte de la realidad que no sale en las noticias, que queda fuera de lo visible. El mundo de los marginados, de las prostitutas, de los pobres. De su necesidad de querer, de amar, de descubrir. Fascinante contraste entre una anciana que va llegando al final de sus días y un joven que se hace todas las preguntas de la adolescencia. Al que le queda toda la vida por delante.

Una idea central: la necesidad de entenderse por encima de religiones, política, culturas. La sociedad siempre va por delante, la gente gana puntos a sus políticos y a sus instituciones, que siempre van un paso por detrás. Emotiva y hermosa, pasé un buen rato viendo esta obra, disfrutando de una grandísima actriz como Concha Velasco (que compagina esta función con 'Las chicas de oro', contraste) y también de un joven intérprete. Obra con mensaje, ni teatro facilón ni tampoco espesuras intelectualoides crípticas. Disfruten de la función y recuerden. Tengan la edad que tengan y aunque no se lo crean tienen la vida por delante.

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