viernes, 20 de noviembre de 2009

No crezcas que es peor



'En la infancia vivimos y el resto de la vida sobrevivimos' (Leopoldo Panero)
Hoy es el Día Universal del Niño. Ya sabéis que no suelo hablar de la actualidad ni hacer este tipo de referencias, pero será que estoy sensible y me apetece incluir esta pequeña reflexión. En la mayoría de los casos pensar en la infancia, cuando eres adulto, es pensar en la época de las ilusiones, en un mundo más luminoso, en la esperanza, en la simplicidad. Una etapa de la vida en que las preocupaciones son jugar con tus amigos o irte de excursión. Un periodo de formación y aprendizaje. Lo que somos en gran parte es resultado de lo que fuimos, aunque niños que eran muy parecidos producen adultos muy diferentes.
Escucho 'We are the world', a muchos les parecerá sensiblera, pero me encanta esa canción y menudo plantel de estrellas que se reunieron. Cuando pienso en los niños, sobre todo en los recién nacidos y hasta los cuatro o cinco años, me alegra verlos tan ajenos a todo lo que el mundo contiene: ajenos a las tinieblas, los odios, todo lo negativo que hay dentro y fuera de nuestras complejas cabezas de adultos. También me alegra pensar que aún no conocen la envidia, la soberbia, la discriminación y todo lo que nos define como adultos. Y no puedo evitar pensar: son todos casi tan iguales, con sus diferencias de carácter claro, pero estos niños inocentes desde la cuna serán en unos años políticos corruptos, misioneros, sencillos hombres sin pretensiones, neuróticos, ladrones, genios del deporte, científicos, inmigrantes, santos y pecadores. Pero así es la vida, no?
En una plaza en Salamanca hay una escultura dedicada a Carmen Martín Gaite. Una placa nos recuerda una frase que se me quedó grabada. Su madre la miraba, siendo una niña, desde la ventana y le decía 'No crezcas hija, que es peor'.
Y para acabar el vínculo a una página del Movimiento Mundial a favor de la Infancia. De mayor serán lo que quieran o lo que les dejen. La vida y las circunstancias les harán magníficos o miserables, pero dejad que ahora sean niños. Y así estará bien.

2 comentarios:

  1. Ainns, como se nota la influencia de los sobrinillos eh???

    Pues estoy totalmente de acuerdo, en un mundo lleno de oportunidades (el que nosotros conocemos al menos), serán lo que otros le dejen ser, porque hay muchas maneras de poner la zancadilla en la vida. Y además muy sutiles.

    Tenemos que seguir manteniendo a ese niño que un día fuimos, muy vivo, porque de ahí proviene esa fuerza sin explicación que te mueve a hacer las cosas más sobresalientes del ser humano. Esa ilusión de imposibles, que la experiencia nos ha dicho que no existen.
    Apelo a la niña que fui para que me haga ver el mundo con sus ojos.

    Y existe Tom Bombadil, los siete enanitos y Los tres reyes magos. Y por último, tened cuidado por donde pisáis porque ¡¡Frodo Vivee!! y es pequeñito.

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  2. Buenas Loli! Pues sí, me conoces bien y sabes que estas reflexiones son a raíz de mis sobrinitos,je,je. Me ha gustado mucho tu comentario y tienes razón: hay que reivindicar al niño que todos hemos sido! En una canción de Sabina hay una frase terrible: "hoy dijo la radio que han hallado muerto al niño que yo fui". Que no nos pase. Viva la inocencia infantil, bendita inocencia. Besos!

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