sábado, 15 de agosto de 2009

Bienvenida, Bree van de Kamp



No puede ser que mi blog tenga ya veintiuna entradas y aún no haya una sola dedicada a la televisión. Hay que enmendar ese error y sólo una diva como ella puede tener el honor de inaugurar el capítulo televisivo. Dejen paso, es Bree van de Kamp.

Edu me lo dijo: hay una serie, se llama ‘Mujeres desesperadas’, te va a encantar. Me conoce bien y acertó. Es mi serie favorita y disfruto muchísimo viéndola, ya va por la quinta temporada y al contrario que otras series mantiene un nivel alto, aunque como es lógico las tramas se van volviendo más enrevesadas y los guionistas introducen giros y personajes nuevos, pero pese a los habituales recursos, repito, mantiene un nivel alto.

Y mi personaje favorito es el de Bree van de Kamp, que interpreta fantásticamente Marcia Cross, en otro claro caso de identificación actriz-personaje. La serie ha tenido éxito en muchísimos países y Bree tiene miles de fans en las redes sociales e incluso se la propone como presidenta. Bueno, también se propone a Paris Hilton, no sé qué sería peor.

Inspirada en la madre del creador de la serie, Marc Cherry, es un personaje absolutamente genial y que representa perfectamente a la típica ama de casa americana, heredera del ‘american way of life’ de los 50, pero tamizada por el cristal posmoderno. Tiene un trastorno obsesivo-compulsivo, siempre va impecablemente vestida, cuida absolutamente las formas y es un ama de casa triunfadora. Pero como siempre la fachada esconde todo tipo de problemas: infelicidad con su primer esposo, de quien se quedó viuda, problemas con el alcohol, irritabilidad, altibajos emocionales, recientemente infidelidad. Para colmo tiene dos hijos: uno le sale gay (normal, encima es republicana y miembro de la Asociación Nacional del Rifle) y su hija se queda embarazada y tiene una visión política completamente opuesta a la suya.

Si bien el personaje podría ser detestable, a lo largo de los capítulos vamos viendo sus reacciones, su modo de actuar, sus dudas y te enamoras de ella. Es lo que más me gusta de esta serie, no es nada maniquea, está llena de situaciones cotidianas y todas las historias encierran una lección moral. Cuando empezó a emitirse en 2.004 recibió críticas de grupos conservadores por la falta de moral de sus personajes. Pero su forma de actuar es lo que los hace profundamente humanos y creíbles.

A pesar de que Bree sea un personaje típicamente americano, su figura puede entenderse -y quererse- en otras culturas. Y es que su prototipo no está circunscrito a un país, si no que representa todo un carácter humano: la ama de casa -o simplemente la mujer- de mediana edad que quiere ser perfecta en las formas porque en el fondo tiene infinitos problemas cotidianos que le hacen la vida cuesta arriba. Y hasta en los momentos más duros la tarta debe estar en su punto exacto. Con sus obsesiones y locuras, con su inteligencia y su manera de ver el mundo, Bree nos da muchísimo juego. ¡Y hasta marca tendencias estéticas, con su pelo recogido, su collar de perlas y sus faldas de tubo! Un brindis por Bree van de Kamp.

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